El príncipe Harry, duque de Sussex y auto exilado de la Familia Real británica en California, cumplió el domingo 40 años. Los celebró en un partido de tenis de beneficencia, junto a Meghan, en Los Ángeles. La sorpresa fue que recibió un feliz cumpleaños de la Familia real y de su hermano, el heredero, príncipe William y su esposa, Kate, con quien ha cortado todo vínculo. El rey lo iba a llamar por Skype a la tarde británica para saludarlo, dejó trascender el palacio. Ha decidido ser “una especie de ancla” en esta interminable disputa.
En X, el saludo de la Familia Real y una imagen de Harry sonriendo fueron compartidas por la cuenta del Príncipe y la Princesa de Gales con el mensaje: «¡Deseando un feliz 40 cumpleaños al duque de Sussex!».
Es significativo que no incluyeran su despedida personal, con el «W & C», que significa que lo escribieron ellos personalmente. Pero en la antropología royal, los dos mensajes fueron el primer guiño de «La Firma» al cumpleaños del duque de Sussex Harry en dos años.
Usaron una foto de Harry sonriente, frente a un vaso de agua. Había sido tomada en Dublín, en Irlanda en el 2018, durante una visita de Harry y Meghan, cuando Harry, con un traje gris y una camisa blanca, todavía era un miembro de la realeza en activo.
Borraron a Meghan
Pero Meghan desapareció de la foto. A los que manejan las redes royals les debe haber costado encontrar una foto de Harry solo. En los viajes cuasi royals a Nigeria y Colombia, que tanto inquietan al palacio, los duques de Sussex aparecen inseparables.
Extrañamente, por primera vez desde el 2021, Harry fue saludado por su padre, el rey y su madrastra, la reina Camila. Más tarde por su hermano William y Kate.
No fue un saludo ni cálido ni personal ni firmado por ellos sino institucional. Ninguno le habla hasta ahora. Cuando Harry visitó a su padre, tras saber que tenía cáncer y llegar especialmente desde California, su encuentro duró 30 minutos. Nunca más lo vio. Con su hermano estuvieron a menos de cinco metros en el funeral de su tío, Sir Felowes, y no se dirigieron la palabra
Desgaste de la monarquía
No es que sean más amables con este saludo. La batalla familiar cansa y erosiona el apoyo al rey y a la reina, según los sondeos. A ellos se suma su deseo de desalojar a su hermano, el príncipe Andrew de la casa de la reina Madre, el Royal Lodge. Los dos hermanos tienen una relación conflictiva.
Los súbditos creen que el soberano proyecta sus problemas familiares, como su amante Camilla, el divorcio de la princesa Diana, los rumores sobre su muerte en el Puente del Alma con su novio de verano, como Príncipe de Gales y continúa haciéndolo con su llegada al trono. No logra imponer su autoridad a sus dos hijos para que su pelea privada no afecte la serenidad de su reino y no se convierta en una telenovela brasileña. Se suma a la discordia junto a Camilla, que quiere estar presente cuando él se reúne con Harry. El duque se niega a aceptar esas condiciones. Quiere hablar a solas con su padre.
La sanción Royal a Harry, la quita de su estatus de capitán y sus roles militares honoríficos, sus memorias en Spare, el documental de Netflix, la entrevista con Oprah Winfrey devela el misterio, las intimidades y las miserabilidades de una Casa de Windsor, que la reina Isabel buscó preservar con el silencio durante más de 70 años.
Al cumplirse los dos años en el trono, el rey, que está enfermo de cáncer, no logra un ADN de su reinado. Tampoco consigue imponer ni su autoridad ni su figura de padre, frente a dos hermanos en disputa y sobre William, el próximo heredero, que es en la intimidad un personaje autoritario y violento, según las descripciones de la cumbre de Sandrinham, que selló la suerte de Harry, y su paliza en el palacio de Kensington, a causa de su vínculo con Meghan.
“No arruinen los últimos años de mi vida” les pidió el rey, en su último diálogo.
La reconciliación con Harry, aunque sea aparente, es necesaria para la Casa Real. La disputa tiene cansados a todos y los súbditos comienzan a tomar partido.
No vivirá en Gran Bretaña
Harry no volverá a vivir a Gran Bretaña con su familia. Pero su oferta de ayudar a su padre como “part time royal”, cuando no queda nadie en la monarquía porque Charles, Kate y la princesa Royal Anne, que recibió una patada de un caballo en la cabeza, están convalecientes, fue rechazada. Su principal adversario no es solo William sino la reina Camilla, que el describió como “diabólica” en Spare, sus memorias.
Nadie de los Royals fue a su cumpleaños en California. Pero llegaron sus amigos británicos, que trabajan para que Harry vuelva a Gran Bretaña y se sientan el y su familia seguros.
Los Sussex tienen miedo de regresar por su seguridad. El Ministerio del Interior, junto con el secretario privado del rey, les quitó la custodia, que todo hijo de rey tiene. Harry siente que Meghan corre riesgo por los ataques racistas en las redes y por el terrorismo. Tampoco quiere poner en juego a sus chicos frente a los paparazis y los tabloides, a quien les ha hecho juicio.
Los amigos no pretenden que sea parte de la Familia Trabajadora Royal sino que no lo rechace la sociedad británica ni a él ni a su familia y que pueda desplazarse con seguridad.
Harry ha decidido representar a su madre, la princesa Diana, que es ignorada por la Familia Real británica, aun en el aniversario de su muerte. Lo hará la semana que viene en Nueva York visitando Halo, la ONG que presidía su, madre, contra las minas.