El disparo que la semana pasada hirió en la oreja derecha a Donald Trump en un acto de su campaña para volver a la presidencia de Estados Unidos le causó una herida de 2 centímetros, que ya está cicatrizando, aseguró en una nota su antiguo médico en la Casa Blanca, Ronny Jackson. En el reporte, que repasa los detalles del tratamiento que recibió el candidato republicano, revela también a cuántos milímetros estuvo Trump de la muerte.
El reporte de Jackson -ahora legislador por el estado de Texas- es uno de los primeros relatos detallados de la herida que sufrió el expresidente republicano cuando un joven armado con un fusil semiautomático abrió fuego en un acto en Pennsylvania hace una semana, matando a un asistente e hiriendo a otros dos.
«La bala pasó a menos de un cuarto de pulgada (0,6 centímetros) de entrar en su cabeza, e impactó en la parte superior de su oreja derecha», escribió Jackson, quien dijo que voló a ver a Trump a Nueva Jersey a última hora de la tarde tras el mitin y que lo estuvo tratando desde entonces.
«La trayectoria de la bala produjo una herida de 2 centímetros de ancho que se extendió hasta la superficie cartilaginosa de la oreja. Al principio se produjo una hemorragia importante, seguida de una hinchazón pronunciada de toda la parte superior de la oreja», prosiguió.
La inflamación disminuyó desde entonces y la herida está empezando «a cicatrizar correctamente», escribió en la nota, publicada por Trump en su red social personal, Truth Social.
Todavía existe un poco de sangrado que requiere un vendaje, pero «dada la naturaleza amplia y contundente de la herida en sí, no se requirieron suturas», escribió Jackson.
De hecho, Trump lució este sábado -en el primer acto partidario desde el ataque- un pequeño vendaje en la parte superior de la oreja derecha, dejando de lado la gasa con la que se lo vio en los días posteriores al atentado.
Jackson dijo además que el candidato republicano también se sometió a una tomografía computarizada de la cabeza mientras era tratado de la herida por los médicos en el hospital de Butler, la localidad del estado de Pensilvania donde ocurrió el ataque.
«Se someterá a más evaluaciones, incluido un examen auditivo exhaustivo, según sea necesario», completó el médico.
Jackson, que se retiró de la Marina como contraalmirante el año pasado, fue nombrado por primera vez en la unidad médica de la Casa Blanca bajo el mandato del expresidente George W. Bush (2001-2009) y luego se convirtió en el médico del presidente en 2013, bajo la administración de Barack Obama (2009-2017).
Pero ganó fama nacional después de elogiar efusivamente la salud y los «grandes genes» de Trump en 2018, sugiriendo que «si hubiera tenido una dieta más saludable en los últimos 20 años, podría vivir hasta los 200″.
Al poco tiempo, Trump lo nominó para dirigir el Departamento de Asuntos de Veteranos, pero Jackson retiró su nombre de la consideración tras las acusaciones de que había repartido medicamentos indebidamente y a veces se emborrachaba en el trabajo.
Trump, de regresa a la campaña: del balazo por la democracia a las burlas a Biden
Donald Trump celebró este sábado su primer acto de campaña posterior al intento de asesinato de hace una semana, y desestimó los temores de que su liderazgo tildado de extremista sea una amenaza para la democracia. Fue, además, el primer acto partidario con el senador J.D. Vance, elegido recientemente como candidato a vicepresidente.
«La semana pasada recibí un balazo por la democracia», dijo el expresidente, provocando una ovación de unos 12.000 espectadores en Grand Rapids, en el estado de Michigan, un estado fundamental que ganó en las elecciones de 2016 pero que Joe Biden le arrebató en las de 2020.
«No soy en absoluto extremista», insistió Trump para descartar sus supuestos vínculos con el «Proyecto 2025», un manifiesto radical liderado por figuras cercanas a él que ha sido descrito por sus opositores como una lista de deseos autoritaria y derechista.
El candidato republicano fue aclamado por la multitud exactamente una semana después de sufrir un intento de asesinato en Pensilvania.
Trump prometió «un maremoto monumental» a favor de los republicanos en las próximas elecciones y se burló de los demócratas, «que no saben quién es su candidato».
«En este mismo momento, los jefes del Partido Demócrata están frenéticamente intentando derribar los resultados de las primarias de su propio partido para sacar a Joe Biden de las boletas», dijo el magnate, para carcajada del público.