Del pañuelo al turbante: cómo las celebridades reinventan los accesorios para el cabello

El pañuelo y el turbante en la cabeza han ganado protagonismo como accesorios versátiles y con historia. Después de décadas vinculados a la estética retro o al uso funcional, regresan al centro de la escena impulsados por celebridades que los incorporan a sus looks cotidianos o de producción.

Desde Wanda Nara hasta Olivia Rodrigo, pasando por Lali Espósito, Jennifer Lopez, Julieta Poggio y Máxima Zorreguieta, su presencia confirma una tendencia en expansión.

Ya sea como cobertura completa o diadema, se adaptan a distintos estilos, estaciones y formatos visuales. Estas son algunas de las formas de llevarlos hoy, según las figuras que los consolidan como piezas clave de la moda contemporánea.

Una forma tradicional de uso del pañuelo implica cubrir la parte superior de la cabeza y anudarlo por detrás. Esta variante, que remite a figuras icónicas del siglo XX, aparece renovada en looks de alto impacto visual.

En 2025, Wanda Nara compartió una imagen en redes desde el Delta, donde lució un traje de baño enterizo con estampado batik en tonos gris oscuro y blanco, acompañado por un pañuelo con rayas y flores en azul marino, verde, rojo y blanco. El accesorio, colocado con nudo en la nuca, marcó el centro del estilismo y se convirtió en el elemento visual dominante de la imagen, que rápidamente sumó cientos de miles de interacciones.

Este uso también forma parte del repertorio estilístico de Jennifer Lopez, quien ha adoptado reiteradamente esta forma de llevar el pañuelo, tanto en contextos urbanos como en sesiones fotográficas. La artista suele combinarlo con prendas neutras o monocromáticas, reforzando la conexión entre moda contemporánea y herencia visual.

El pañuelo también puede utilizarse como banda ancha, enrollado o doblado sobre el cabello, aportando textura sin cubrir toda la cabeza. Esta opción, frecuente en climas templados y veraniegos, resulta funcional y al mismo tiempo decorativa.

Julieta Poggio lo mostró durante una sesión de fotos en Villa Carlos Paz, en el cierre de la temporada teatral. En una de las imágenes, combinó un enterizo blanco con escote halter y pequeños apliques con forma de herradura con un pañuelo estampado en la cabeza. El accesorio, que enmarca el rostro sin saturar el conjunto, completó un estilismo de inspiración retro con referencias visuales claras.

Este uso parcial del pañuelo como diadema permite combinarlo con otros elementos del vestuario sin perder protagonismo. Funciona tanto en el borde de una pileta como en contextos urbanos, y se adapta a distintos largos y texturas de cabello.

Lali Espósito también apostó por este uso. En una selfie tomada durante su paso por Madrid, la artista llevó un pañuelo geométrico multicolor anudado sobre la cabeza, como cinta amplia. Combinado con campera de jean oversized y lentes oscuros, el pañuelo sumó color y definición al conjunto.

Otra forma de uso, vista en el videoclip Deja Vu de Olivia Rodrigo, retoma una estética inspirada en el cine y la moda de los años 60. Allí, la cantante aparece con pañuelos en la cabeza atados por encima del cabello, a media altura, en combinación con gafas oversize.

Más que cubrir completamente la cabeza, este formato se apoya como una capa decorativa, enmarcando el rostro y creando una silueta reconocible. El pañuelo puede dejar mechones de pelo a la vista o cubrir parte de las orejas, y su principal función es estética: suma textura, aporta nostalgia y define la identidad visual del conjunto.

Rodrigo lo llevó en varias escenas del videoclip, alternando colores neutros y formas geométricas, con referencias directas al imaginario visual de figuras clásicas como Audrey Hepburn o Jackie Kennedy. El resultado: una combinación contemporánea de elementos vintage con mirada pop.

El turbante estructurado, combinado con ropa formal, aparece como una opción sofisticada y protocolar. Esta modalidad fue adoptada recientemente por Máxima Zorreguieta durante una visita oficial en los Países Bajos.

La reina lució un conjunto de Natan Couture compuesto por blusa de seda azul verdoso y falda tubo con estampado de hojas, ambas en tonos azul y naranja. El turbante, con el mismo estampado, fue dispuesto sobre rodete recogido. Acompañó el look con guantes amarillos, stilettos y clutch a juego. El resultado fue una combinación de reciclaje de prendas (ya había usado el conjunto en 2021) y elegancia contemporánea.

Este uso destaca por su carácter estructural: el turbante no decora, sino que funciona como tocado o pieza central del look, en línea con códigos de la alta costura y del vestuario diplomático.

Así las cosas, el pañuelo y el turbante recuperan vigencia como recursos estéticos que articulan moda, memoria e identidad visual.