Las mujeres alemanas están a la cabeza de las protestas y se muestran muy desilucionadas. Claudia Lucking-Michel, vicepresidente del Comité de los católicos germanaos, declaró: “Mi capacidad de sufrir a llegado a su fin. Las mujeres son apreciadas por su capacidad para sufrir y esto me pone muy nerviosa”.
“¿Debemos estar felices porque aún no han prohibido el diaconado femenino y nos han dejado la puerta abierta? ¿Pero cuánto tiempo piensan que las mujeres pueden esperar que algo hagan y digan algo como: “Oh si, ahora se puede devenir una diaconesa”
Regina Heyder, presidente de la Comisión Teologica alemana, señaló que continuar a hablar de sinodalidad y despues excluir a las mujeres, significa reducir el concepto a la mitad. “No hay ninguna sinodalidad sin la componente femenina”.
No es menos problemática la actitud del presidente de la Conferencia Episcopal alemana, monseñor Georg Baetzing. El obispo hasta envió dos cartas al Páandez, cuando el Papa lo convocó en el Vaticano, desde julio último, para ocupar el cargo estratégico de ser el titular del historico “ministerio” encargado de vigilar el mantenimiento y la renovación de la doctrina católica desde los tiempos de la Inquisición.
El presidente de los obispos alemanes le escribió una primera carta a Fernández acompañando el documento del Sínodo de los obispos alemanes con la evolución del tema de las mujeres.
La segunda carta contestó la posición que asumió el cardenal Fernández cuando en la fase final del Sínodo anunció que el Papa consideraba que el tema del diaconado femenino “no estaba aún maduro”.
“Es una cuestión que veo en modo bien diverso”, escribió el presidente de los obispos alemanes.
Bloqueadas en forma tajante por Francisco las propuestas de permitir el sacerdocio de las mujeres, el diaconado aparecía como una vía de salida. En los inicios del cristianismo existieron las diaconisas, mujeres que ayudaban en la misa, podían hacer nacimientos y casamientos, pero no celebrar misa. No eran sacerdotes, pero habian escalado un peldaño con el diaconado, que declinó con el paso de los siglos y se extinguio en el siglo XII.
El presidente de los obispos alemanes, monseñor Baetzing, reconoció la “enorme frustración” que ha causado la enésima postergación del tema del diaconado.