Para ser parte de una banda no sólo hay que saber tocar bien las canciones, también hay que tener química con el resto de los integrantes. Algo de eso falló en los tiempos donde Chris Slade se desempeñó como baterista de ACDC, allá por los años 1990-1994.
Slade fue el encargado de grabar con la banda en el emblemático The Razor’s Edge de 1990 y de tocar en el tour de promoción del trabajo. Sin embargo en el 94 ACDC quiso traer de regreso a Phil Rudd (expulsado del grupo en 1983).
Bueno, la cuestión es que en vez de despedir a Slade, le propusieron quedarse en el banco de suplentes “por las dudas”. En una entrevista con 1 Question With, le preguntaron si se había sentido insultado por la oferta: “Más o menos, sí. No me hizo mucha gracia. ¿A quién le haría gracia, verdad? Querían mantenerme por si acaso. Malcolm me llamó en realidad. Y era un tipo muy agradable”.
“Me llamó personalmente, no un representante ni nada, y me dijo: `Mira, no es nada malo´. Lo recuerdo muy bien. Me dijo: `No hay nada que estés haciendo o hayas dejado de hacer, pero vamos a volver a probar a Phil, ¿está bien?´. Y yo dije: `Uh, bueno, eso es todo. Me voy´. Entonces él dijo: `No, no. Nos gustaría que te quedaras´. Le dije: `No. Si no está roto, no lo arregles, Malcolm´” (ndr: expresión inglesa que hace referencia a la inutilidad de cambiar algo que funciona).
“Por cierto, era un guitarrista genial. Quiero decir, un genio. Es el mejor rítmico con el que trabajé en mi vida y dudo que haya otro rítmico que pueda ponerse a la altura de Malcolm. Si hubiera sido mi padre en aquel momento, habría dicho: `Mira, siéntate ahí y coge el dinero, ¿entendiste?´. Muy estúpido por mi parte, para ser sincero”.
Slade finalmente regresaría a ACDC en 2015 para la gira Rock or Bust después de que Rudd se metiera en problemas legales.