Tan solo 24 horas después de despedirse definitivamente de Julián Muñoz, su nieto Fran Redondo se sentaba en el plató de televisión de ‘De Viernes’ para escuchar por primera vez la entrevista póstuma de su abuelo. Preseumiendo de la maravillosa relación que mantenía con el ex alcalde de Marbella y lo mucho que le está echando de menos en estas primeras horas sin él, Francisco recibió el apoyo de su abuela, Mayte Zaldívar, que también quiso participar en el programa a través de una llamada de teléfono.
«Me da la sensación de que todavía está aquí», reconocía la propi Mayte en su intervención. Cuando le preguntaban por cómo fue su despedida de Julián Muñoz, su viuda explicaba: «Con unas palabras muy bonitas, con mucho cariño y como hay que despedirse de los seres queridos». Sobre esta polémica entrevista que se ha emitido tan solo unas horas después de la despedida de Julián, Mayte explicaba: «Yo no estaba en esa entrevista presente, pero esa es la verdad de Julián Muñoz y yo la respeto». Por sus parte, Mayte tiene muy claro los motivos que le hicieron a su marido dar esta entrevista en la recta finaal de su vida: «Tenía la necesidad de contar su verdad, de contarla sin interrupción. Para Julián era muy importante que le escuchasen».
Demostrando una vez más que la unión familiar que han defendido tanto ella como sus hijas hasta el final de los días de Julián era real, Mayte no podía retener las lágrimas y se rompía en directo: «Dentro de la desgracia ha sido todo tan bonito por todo lo que él estaba disfrutando, ese cariño…». «Tuvo la suerte de despedirse de uno en uno diciendo lo que quería decirle a cada uno. Es un recuerdo que me voy a llevar en el corazón siempre» añadía su mujer.
A pesar de todo el sufrimiento y la humillación que tuvo que vivir en el pasado, Mayte reconocía que Julián había tenido tiempo de pedirle perdón a su manera: «Cambió la palabra ‘perdón’ por la palabra ‘os quiero». Además, Mayte tuvo la oportunidad de explicar cómo su nieto Fran ha sabido heredar ese amor incondicional por la familia que siempre ha vivido en casa al margen de lo sucedio en el pasado: «Es muy especial y nunca le hemos hecho partícipe de las cosas malas. Tuvo la mala suerte de tener que ir a prisión a ver a sus abuelos».