
La primera velada de boxeo realizada en Times Square no terminó de colmar el paladar de los amantes de este deporte y dejó con las ganas de ver algo diferente a quienes se acercaron hasta el lugar y debieron conformarse con seguir las acciones a través de algunas de las pantallas que rodeaban el cuadrilátero. A la hora de la acción en Nueva York, la cartelera ofreció una gran sorpresa, un par de pleitos que no conformaron y una muy llamativa pelea amateur.
Los organizadores estimaron que 400.000 personas habían pasado durante el día por la zona en la que estaba montado el cuadrilátero. Sin embargo, mientras se desarrollaban los combates solo algunas decenas de invitados especiales ocupaban las sillas que se habían montado alrededor del ring, mientras que un vallado anaranjado impedía que los centenares de curiosos que pretendían seguir de cerca las acciones pudieran hacerlo.
La velada no alteró drásticamente el ajetreado transcurrir de una noche de viernes en la esquina más concurrida de Estados Unidos. De hecho, el tránsito vehicular en la avenida Séptima permaneció abierto y solo se interrumpió brevemente cuando los peleadores eran trasladados en vehículos desde un hotel cercano hasta la zona donde estaba el entarimado.
En un Batimóvil llegó hasta el ring Ryan García, quien volvía a combatir después de una suspensión de un año que le había impuesto la Comisión Atlética del Estado de Nueva York (NYSAC) luego de haber dado positivo en un control antidoping luego de su último pleito ante Devin Haney el 20 de abril de 2024. El regreso del californiano distó de ser óptimo, ya que perdió por puntos ante Rolando Romero.

Rolly derribó a su adversario con un gancho de izquierda en el segundo asalto y luego se mostró superior en un combate de muy poca acción para quedarse con una victoria tan sorprendente como merecida. Dos jueces, Tony Paolillo y Tom Schreck, lo vieron ganar 115-112, mientras que la tercera, Waleska Roldan, le adjudicó el triunfo por 118-109. Así, el peleador nacido en Las Vegas se quedó con el título regular wélter de la Asociación Mundial de Boxeo, que estaba vacante (el organismo también reconoce como campeón, a secas, de esa división al invicto estadounidense Jaron Ennis).
De acuerdo con los registros de la plataforma CompuBox, Romero lanzó 280 golpes y García, 210. Esos 490 impactos combinados fueron la tercera menor cantidad en una pelea a 12 asaltos en las cuatro décadas de registro de CompuBox, solo superada por los 459 entre Joseph Parker y Deontay Wilder en 2023 y por los 473 entre Shannon Briggs y Sultan Ibragimov en 2007.
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— Ring Magazine (@ringmagazine) May 3, 2025
“Rolly dio una buena pelea, me conectó temprano, hizo un gran trabajo. No hay excusas”, admitió García, quien reconoció que se había sentido “muy mal” después de un año de inactividad. “No me sentía con los pies en la tierra incluso al principio de la pelea. Este año fue muy duro para mí física y mentalmente. Haber llegado hasta acá esta noche es una victoria para mí”, señaló.
Esta derrota, la segunda en una carrera profesional que también incluye 24 triunfos, monta un cono de dudas sobre la pelea que, si todo salía como los organizadores esperaban este viernes, estaba pactada de antemano para octubre en Riad entre García y Devin Haney. “Pelearé con quien quieran los aficionados. Si quieren que me enfrente a Rolly (otra vez), hagámoslo. Si quieren que me enfrente a Devin Haney, hagámoslo”, propuso Ryan. “Hombre, ni siquiera estoy pensando en lo que sigue. Creo que Devin y Ryan deberían tener su revancha y hacer algo grande”, evaluó Romero.

Haney, quien también se presentó este viernes en Times Square después de un año de parate, no hizo demasiados méritos para que los seguidores del boxeo manifiesten un deseo desenfrenado de ver una revancha con García, aunque al menos pudo apuntarse una victoria por puntos ante el californiano José Carlos Ramírez.
El excampeón indiscutido de la división ligero y exmonarca superligero del Consejo Mundial de Boxeo fue superior a su rival, excampeón superligero entre 2018 y 2021, en un pleito aburridísimo encuadrado en la división wélter, pero con un peso pactado de 144 libras, tres por debajo del límite de la categoría (66,678 kilos). Los 503 golpes lanzados entre ambos (279 de Ramírez y 224 de Haney) apenas superaron los 490 de García y Romero.
Pese a su economía de golpeo, el peleador nacido en San Francisco se impuso holgadamente en las tarjetas: Mark Consentino y Glenn Feldman registraron 119-109, y Kevin Morgan, 118-110. Así, Haney mejoró su récord perfecto a 32 victorias (15 antes del límite), mientras que Ramírez se quedó con 29 triunfos y 3 derrotas.

Sin haber sido brillante, la primera de las tres peleas estelares de la jornada fue la más atractiva, sobre todo por la actuación de Teófimo López, supercampeón de la división superligero de la Organización Mundial de Boxeo, quien se consolidó como único monarca reconocido por ese organismo al batir por puntos a Arnold Barboza, quien hasta el viernes era el campeón interino.
El peleador nacido en Brooklyn y de familia hondureña, que llegó hasta el ring en un taxi y con un chaleco antibalas de la Policía de Nueva York, ofreció una sólida actuación ante un adversario muy poco proactivo y conservó por tercera vez su cinturón: dos tarjetas lo favorecieron 116-112 (Max De Luca y Eric Marlinski) y la restante, 118-110 (David Sutherland).

Tras su triunfo, López, que tiene un récord de 22 victorias y una derrota, reveló que le gustaría enfrentar a Jaron Boots Ennis, campeón wélter de la AMB y la Federación Internacional de Boxeo. “Me siento genial y renovado. Llevo un tiempo en las 140 libras, pero tal vez pueda subir de peso. Ya me conocen, me enfrento a los retos difíciles. Soy Dora la Exploradora y busco a Boots”.
Antes de estos tres combates y del debut profesional de prospecto japonés Reito Tsutsumi (venció por puntos a Levale Whittington), otros dos hombres subieron al cuadrilátero para hacer un combate amateur presentado como la Batalla de las Insignias: Joel Allen, agente del Departamento de Policía de Nueva York, enfrentó a James Gennari, miembro del Departamento de Bomberos de la ciudad. El vencedor fue el hombre acostumbrado a combatir las llamas manguera en mano, quien había llegado al cuadrilátero montado en una autobomba (su adversario lo hizo en un carro de asalto).
Joel Allen pulls up in an NYPD truck ahead of his fight in Times Square 😅🥊
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— Ring Magazine (@ringmagazine) May 2, 2025