“Destitución”, gritaba la multitud entre la plaza de la Bastilla y la plaza de la Nación en París, bajo el sol del sábado. “Macron ándate”, “Viva el rey” sugerían otros, en medio de una densa multitud encabezada por Jean Luc Melénchon, el fundador del partido populista Francia Insumisa.
En la primera reacción a la nominación del republicano conservador Michael Barnier como nuevo primer ministro de Francia, al menos 160.000 personas para los organizadores, 26.000 para las autoridades y otros 150 marchas en todo el país se unieron para repudiar la decisión del presidente Emmanuel Macron de ignorar el resultado de las urnas. No nominó al candidato del Nuevo Bloque Popular, una unión de Insumisos, comunistas, socialistas y ecologistas, que obtuvo mayor número de bancas en la Asamblea Legislativa pero no la mayoría.
Militantes de la Francia Insumisa especialmente, la CGT y los comunistas y los ecologistas pero sin la presencia de los socialistas del Nuevo Bloque Popular, que marcharán el próximo 2 de octubre, los manifestantes denunciaron una ”negación de la democracia” y “el golpe de fuerza de Macron”, en una marcha sin grandes incidentes violentos en Paris. La juventud y los estudiantes tomaron la calle. Bajo un gazebo colorado, la gente firmaba una petición para destituir a Macron como presidente.
Robinson, responsable del proyecto de lucha contra la precariedad dentro del Sindicato de Estudiantes, nacido de una ruptura con la Unef el año pasado, estaba inquieto en la marcha. “El país está muy preocupado, como vimos con las elecciones legislativas. No queremos pasar otro semestre bajo Macron. Estamos en contra de este golpe, que permitió a Michel Barnier convertirse en jefe de gobierno. No nos rendiremos”, continuó el estudiante.
“Dónde está mi voto”, se preguntaban carteles escritos sobre cartones. “Macron dimisión, Castets a Matignon”, cantaban. Otros hacían una rara suma: “Macron+Le Pen: Barnier”. Significaba que solo la abstención del lepenismo podría asegurar que el nuevo primer ministro Michel Barnier no fuera derrotado en un voto de censura parlamentario. En la marcha todos denunciaban una alianza entre la macronia y el partido Reagrupación Nacional de Marine Le Pen.
Jean Luc Mélénchon y su «revolución»
En un enorme camión blanco utilizado como plataforma de discurso sobre el Faubourg St Antoine y la rue de Charonne, Mélénchon lanzó su alegato pos premier, ovacionado por los militantes.
“El pueblo francés está en rebelión, ha entrado en la revolución”. “No habrá ruptura ni tregua. Los convoco a una batalla de largo plazo”, proclamó. Su propuesta es nombrar a Lucie Castet, que pocos conocen, como primer ministra. Una idea que Macron rechazó. Pero el cree que será la juventud la protagonista de esta aventura.
Un joven se acercó a Mélénchon y le dijo: ”El señor presidente”. El líder Insumiso lo tomó con humor mientras caminaba a la cabeza de la marcha: “No, papá. Yo me voy a dormir” haciendo el gesto de reposar con ambas manos. El es el impugnado por los otros socios de su bloque para encontrar una solución política con la izquierda.
Los manifestantes se reunieron en Ajjacio, en la isla de Córcega, en Marsella, en Narbonne, en Auxerre, en Lyon, Nantes, Lille. Más de 130 marchas en todo el país.
Tras el nombramiento de Michel Barnier en Matignon, muchos manifestantes reclaman la destitución de Emmanuel Macron. Sin embargo, este procedimiento iniciado por Francia Insumisa, está “condenado al fracaso”, explicó el profesor de derecho público Philippe Blachèr.
El artículo 68 de la Constitución establece que el Jefe de Estado sólo puede ser destituido si comete un “incumplimiento” de sus funciones, “manifiestamente incompatible con el ejercicio de su mandato”. Él tiene el derecho soberano de nombrar el primer ministro que desee, aunque haya roto la tradición.
Otra cosa diferente puede ser si hay un voto de censura parlamentario, que pierde el primer ministro Michel Barnier. Ahí la estabilidad presidencial va a estar en juego y puede haber elecciones presidenciales anticipadas. Algunos candidatos , como el ex premier Edouard Philippe, y el ex presidente socialista y ahora diputado Francois Hollande se preparan para ese escenario, que llegaría antes del oficial 2027.
La respuesta de Michel Barnier
Desde el hospital de niños Necker, a donde fue en su primera visita de trabajo, el primer ministro Barnier respondió a los manifestantes.
Preguntado sobre el “golpe de fuerza” denunciado este sábado por los manifestantes en la calle y por parte de la izquierda, respondió: “Escucho las palabras “golpe de fuerza”. Pero ese no es el espíritu. No voy a generar una controversia. No hay fuerza”, decidió finalmente.
Mientras el diputado lepenista Jordan Bardella (RN) había dicho anteriormente que el gobierno de Barnier estaría «bajo vigilancia», el nuevo primer ministro respondió que estaba «bajo la vigilancia democrática de todo el pueblo francés y de todos los grupos políticos, compuestos por diputados que representan al pueblo en su diversidad. Él proyecta un gobierno de todos, sin el dedo de Macron.