Ya están los 7 manuscritos finalistas y uno de ellos será el ganador
Así como la escritura y la lectura requieren sus tiempos, los premios literarios tienen los suyos. Largos momentos de espera e instancias de definiciones. Desde su lanzamiento en el mes de junio, llegó el día de una revelación crucial para los concursantes de la 27ª edición del Premio Clarín Novela: acaba de darse a conocer la lista corta, la de aquellos títulos que quedan en carrera en la competencia que se dirimirá en noviembre.
Después de largas deliberaciones, el comité de preselección del Premio Clarín reveló cuáles son las novelas finalistas. Este año serán siete las escritoras y escritores que se medirán en la recta final, de un total de 650 aspirantes de distintas regiones de la Argentina, de España y diversos países de América latina. Recién el 5 de noviembre, en la tradicional ceremonia de premiación –que este año será en el Museo Latinoamericano de Buenos Aires (Malba)–, se conocerá el nombre del ganador o la ganadora. Como otros años, el premio cuenta con el apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
No será sencilla la tarea del Jurado de Honor, compuesto este año por Mariana Enríquez, nuestra diva del terror contemporáneo –Un lugar soleado para gente sombría, Nuestra parte de noche–, Samantha Schweblin, sofisticada cultora del relato fantástico, –Siete casas vacías, Distancia de rescate, Kentukis–, y Alberto Fuguet, talentoso cineasta y escritor chileno, que acaba de presentar su última novela, Ciertos chicos, en la que refleja la contracultura juvenil gay en tiempos de Pinochet. Ellos evaluarán los méritos y deméritos de las finalistas antes de decidir cuál reúne con mayor calidad literaria, originalidad temática y destreza narrativa.
Las finalistas
No es poco haber llegado a esta instancia. Los 650 originales recibidos hasta fines de julio, fueron sometidos a un minucioso procedimiento de lecturas cruzadas, análisis y debate, tanto de los tres integrantes del jurado de preselección –Cristina Fajre, Patricia Somoza y Alejandra Rodríguez Ballester– como de los doce lectores profesionales que intervinieron en esta etapa fundamental. Todos ellos aportaron su conocimiento literario, su experiencia crítica y editorial.
Aunque no puede conocerse el nombre de los autores –ocultos bajo rigurosos seudónimo– el jurado de preselección adelantó algunos rasgos de las novelas finalistas. Al parecer, este año, varios de los títulos que llegaron a esta instancia son relatos extensos, de largo aliento, que piden abandonarse a ellos con todo el tiempo del mundo. Representan la utopía del lector apasionado: encontrar una historia interminable donde perderse, un relato que suplante al mundo real con su fantasía y sus peripecias.
Una de las novelas elegidas narra nada menos que la historia del siglo XX a partir de un personaje carismático y de sus dos hijos, traídos y llevados por las persecuciones del nazismo y la pasión de la revolución. Otro relato aborda ciertos momentos cruentos de la historia humana desde una perspectiva fantástica, ecológica y poética, en un despliegue de invención verdaderamente osado y original.
En dos casos las ficciones orientan la mirada hacia la niñez, aunque no sea ese su tema principal. Una de estas novelas narra la extrema indefensión de las infancias en zonas de conflicto y desigualdad social en América Latina, en una saga que sigue el derrotero de supervivencia de dos personajes enfrentados a la crueldad y a la corrupción. El otro relato tiene que ver con las migraciones, el arte, la interculturalidad y las huellas que una educación pautada en una cultura ancestral pueden imprimir a la vida adulta contemporánea.
No falta la novela que se acerca al género policial pero con aliento fantástico, una pesquisa apasionante detrás de un libro enigmático y una astróloga más misteriosa aún. También hay desenfado, en un relato muy latinoamericano centrado en el cuerpo y la ambición literaria de su protagonista. Y en un caso puntual, muy explícitamente, se recupera la mejor tradición latinoamericana para narrar la violencia y la muerte de la historia reciente, en clave fantástica.
La variedad de registros y estilos que caracterizan a las siete novelas que superaron esta compleja selección constituyen todo un desafío para el Jurado de Honor que deliberará durante varios días antes de hacer pública su decisión.
Una ceremonia en el Malba
La incógnita se develará la noche del 5 de noviembre, en el auditorio del Museo Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Allí se conocerá el título de la novela elegida y el nombre del autor o la autora que se oculta detrás de un seudónimo y que recibirá un premio de 5 millones de pesos y la publicación por el sello Clarín-Alfaguara. Además, como ya es habitual, el Premio Ñ a la trayectoria volverá a distinguir a una personalidad de renombre en nuestra cultura que recibirá los aplausos de la multitud de escritores, editores, críticos, periodistas y artistas que todos los años se dan cita en esta gran fiesta.
Desde hoy, siete escritoras y escritores estarán en vilo, sabiendo que en estos momentos sus originales están en manos de Alberto Fuguet, Samanta Schweblin o Mariana Enríquez. No será fácil para ellos este tiempo de espera hasta la fiesta en el Malba, cuando escucharán de boca del jurado las opiniones sobre su literatura y uno de ellos recibirá, finalmente, la estatuilla dorada.
Pasarán así a integrar el grupo de escritores que como Luciano Lamberti, Agustina Bazterrica, Claudia Piñeiro, Miguel Gaya, Betina González, Agustina Caride, Federico Jeanmaire y tantos otros a quienes el premio les abrió un camino, multiplicó su círculo de lectores o radicalmente les cambió la vida.
Las novelas finalistas 2024
- La enfermedad de la espera por Flores Lázaro
- Lo que Leda Suamson nos dejó, por Palimpsesto
- Por acá pasó la muerte, por Juan Preciado.
- Querido muerto mío, por Ana Basis
- Los restos de la piel, por Pucacuro
- Rojo claro sobre rojo oscuro, por La señorita Maiko
- Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores, por María Batman