01/05/2024

La temporada final de ‘Curb Your Enthusiasm’ cierra una etapa dorada de la comedia


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Foto: prensa

La aclamada serie del comediante Larry David «Curb Your Enthusiasm» inició su final por HBO y culmina con su temporada 12 una etapa dorada de la historia de la televisión y el subgénero sitcom que el cocreador y guionista jefe de la mítica «Seinfeld» ya había conquistado en los noventa al reinventar la forma de hacer humor a partir de incorporar irreverencia, transgresión, incorrección política, originalidad y humor corrosivo a una TV que por entonces no se animaba a demasiado.

Considerada por cierto consenso del público y crítico como la mejor comedia de la historia de la TV, «Seinfeld» concluyó en 1998 sin David como showrunner y guionista principal, ya que el premiado actor y productor se había alejado en sus últimas dos temporadas, tras liderar las primeras siete y llevar al estrellato al standupero Jerry Seinfeld, para desarrollar proyectos propios, aunque retornó para hacerse cargo del episodio final de la serie.

Pero desde el estreno de «Curb» en 1999, esa vara altísima que ya había trazado David comenzó a ser superada, o al menos empatada, con su nueva serie, planteada como una evolución del personaje basado en su personalidad que desarrolló en su anterior sitcom, el recordado George Costanza, interpretado por Jason Alexander.

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La serie que este año concluirá sigue la vida de una versión semificcionada de David, que después hacerse rico y célebre por el éxito de «Seinfeld» vive en la crema de la sociedad de Los Ángeles tras vivir más ajustado en su Nueva York natal.

El centro de la sitcom son las interacciones de David con sus allegados y desconocidos, con los que no puede evitar confrontar en hilarantes conflictos en los que se burla de los más variados temas que rompen con la noción, hoy más subrayada que nunca, de corrección política y vacas sagradas de la progresía estadounidense, y también del conservadurismo.

Ganador en 1993 de dos premios Emmy por la «Seinfeld» como serie, David también se llevó en esa gala otra estatuilla por escribir un episodio en el que los cuatro amigos de la sitcom competían para ver quién aguantaba más tiempo sin masturbarse, algo que para la TV abierta de la época fue bastante transgresor, pero que obtuvo aclamación -muchos lo consideran el mejor episodio de la serie y del acervo televisivo local- a partir del tratamiento sutil y no soez de la temática.

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Ese espíritu de revolucionar la comedia y pasar límites se expandió con «Curb» y ambas creaciones de David marcaron la nueva cancha de la comedia, allanando caminos para que las venideras sitcom pudieran ser mucho más jugadas de lo que podrían haber sido sin esos antecedentes.

Otra característica que innova en la serie y no tiene mucho antecedente ni réplicas es que «Curb» no tiene guion y se interpreta con improvisaciones. Al establecer esa dinámica, David cuenta que le resultaba aburrido atenerse a un texto a la hora de hacer comedia y juzga que la naturalidad de improvisar es lo que hará graciosa la escena, con solo una breve descripción o noción de qué pasa en cada secuencia, hilvanada con la historia general del episodio pero sin más texto que ese.

Recién graduado de Harvard, Jeff Schaffer se sumó al staff de guionistas de «Seinfeld» cuando la serie estaba en su pico y tras dos años bajo la supervisión de David, cuando el comediante dejó la serie, fue parte de quienes se hicieron cargo del rumbo del envío junto a Jerry Seinfeld y sus amigos de la universidad David Mandel y Alec Berg, con los que hizo «Euroviaje censurado» en 2004. El trío, y especialmente Schaffer, tuvo un rol también en la sucesión generada con «Curb» y trabajó en los roles de dirección y producción ejecutiva bajo el ala de David, quien les dio en las últimas siete temporadas estatus de co-guionistas luego de ser él el único escritor en las primeras cinco.

«Hay gente que fue cancelada por mucho menos de lo que Larry hace. La razón es que a él no le importa lo que vos pienses. Hace la serie que quiere hacer y él sigue siendo el mismo Larry. Hay bacterias resistentes a los medicamentos y él es resistente al cambio, a aprender. Así que hacemos las historias que queremos hacer y no nos disculpamos por eso; si a alguien no le gusta, no nos importa. Y todos lo dejan tranquilo. Desde que escribo con Larry ni una vez dijimos: ‘No sé si deberíamos hacer esto, a la gente puede no gustarle’. Los pensamientos de otra gente no están en nuestra consideración: si creemos que algo es gracioso, lo hacemos», contó Schaffer en una entrevista por videoconferencia con Télam, consultado sobre el estatus especial del que goza David a la hora de burlarse de vacas sagradas del progresismo sin ser expulsado de la cofradía de la «intelligentsia».

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En cuanto al final de la serie, e incidentalmente de la carrera de David, su colega sostuvo: «No creo que Larry vaya a apagar una batería y apagarse. No va a dejar de cruzarse con gente y ponerse a discutir. Mientras la gente siga siendo molesta y horrible, se le van a seguir ocurriendo ideas. Y la última vez que me fijé, la gente sigue siendo molesta, especialmente en Los Ángeles. No creo que haya concluido su tarea».

– Además de la aproximación a la comedia de David, ¿es la naturaleza de improvisación de «Curb» lo que la hace tan buena?
– El motivo por el que «Curb» no se parece a otras es porque no se hace como otras series. Escribimos una descripción de lo que va a pasar con historias graciosas y luego dejamos que muy talentosos actores de improvisación trabajen la escena. Y el resultado son unas digresiones mágicas. Cada día decimos: «Vamos a ver qué sale» y siempre te sorprendés y estás escribiendo algo nuevo. Cada escena es una reescritura en vivo: estamos escribiendo la escena mientras la filmamos, probando cosas y dándoles forma, generando un montón de situaciones. Y después la escribimos en la sala de montaje. Por eso luce tan especial: está toda esta gente brillante sorprendiéndose a sí misma en cámara. Larry no sabe lo que J. B. Smoove va a decirle. Además, estoy diciéndole al oído a los otros actores que Larry quiere ser sorprendido, y les digo que traten de decir esto y aquello. Larry quiere que la serie se realice como él se maneja en la vida: como si el mundo estuviera en su contra, y entonces lo configuramos de esa manera en el set, y eso es lo que lo hace tan especial.

– David mencionó que la manera de saber si una escena funciona es si no pueden parar de reír. ¿Cómo se hace para obtener la escena graciosa sin mostrar que están tentados?
– Es tan difícil… El lado negativo de que Larry quiera ser sorprendido es que, a menudo, arruina la escena por tentarse. Como director, especialmente con J.B. Smoove tengo que llevármelo aparte porque si lo ve antes de filmar se va a tentar y arruinar la toma. Hay muchísimas veces que no se pueden parar de reír y él dice: «Ok, sé que todos quieren volver a casa eventualmente», pero hay escenas en las que hay solo una toma en la que Larry no se tienta. Y muchas veces estamos por empezar y pide un segundo para contenerse, pero porque está tentado de lo que va a decir a continuación: está escribiendo en su cabeza.

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– ¿»Seinfeld» o «Curb»?
– Me encantan ambas, son de épocas diferentes. Pero son notoriamente similares: están escritas exactamente de la misma manera. Se nos ocurren ideas, las escribimos en una pizarra y tratamos de que todas las ideas comulguen entre sí para llegar a un final muy gracioso. La única diferencia es que para «Seinfeld» nos tomábamos un par de días para escribir el guion y para «Curb», no.

– ¿El hecho de ser parte evita que te des cuenta de que «Curb» es un hito en la historia de la TV y la comedia o sos conciente de su estatus?
– Larry y yo somos muy similares en cuanto a que no creemos mucho ni pensamos en el legado. No pensamos en el futuro ni en el pasado, solo nos juntamos y empezamos a quejarnos. Construimos la serie historia por historia. Cada vez que empezamos a escribir una nueva temporada digo: «¿Cómo fue que lo logramos la temporada pasada? ¿Cómo vamos a superar eso? Nunca vamos a poder hacerlo, ¿por qué vamos a hacer una nueva? No sé si esta va a ser muy buena». Y, mérito de Larry, él dice valientemente: «No, simplemente empecemos», y empezamos. Y hacia el final de la temporada decimos: «Sí, estuvo bastante bien». El legado de la serie va a ser que la gente durante mucho, mucho tiempo transcurra su vida y le diga a sus amigos: «Dios mío, tuve un momento Larry David».





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